Compartimos su importancia para el futuro bienestar del ecosistema marino de esta región del mundo.

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Características

D. antillarum es un herbívoro activo durante la noche, cuya dieta varía según el entorno e incluye diversas algas: esteras, endolitos, coralinas crustosas, macroalgas, pastos marinos y detritos limosos. La especie tiene un "caparazón" redondeado y ligeramente aplanado, con espinas finas y huecas que pueden llegar a medir hasta 30 cm, lo que proporciona defensa y facilita la locomoción. El diámetro total puede superar los 50 cm. Las espinas suelen ser negras, pero en ocasiones pueden ser grises o blancas. Los juveniles presentan un patrón blanco y negro, que a veces persiste en los adultos. En la parte aboral del "caparazón", se pueden observar cinco pares de bandas iridiscentes azules que delimitan las placas ambulatorias y conectan el polo del "caparazón" con un disco situado debajo del ano. También hay una papila anal visible, a menudo negra pero a veces gris.

¿Dónde viven?

Diadema antillarum vive en las aguas poco profundas del Océano Atlántico, el Mar Caribe y el Golfo de México. Se encuentra en diversos hábitats, como los arrecifes de coral, los fondos duros, los escombros, las rocas, las praderas de pastos marinos, las raíces de los manglares y las charcas de marea, así como en presas y otras estructuras creadas por el hombre.

Historia y decadencia

Históricamente, el erizo de mar D. antillarum ha sido considerado uno de los herbvíros de macroalgas más importantes de la región, y su relevancia aún mayor se debe a la reducción de la abundancia de peces herbívoros clave debido a la sobrepesca masiva. Antes de 1983, D. antillarum era el herbívoro más abundante en los arrecifes de coral del Caribe. En enero de 1983, sufrió una mortalidad masiva en la entrada atlántica del Canal de Panamá, que se extiende a lo largo de la costa de Centroamérica, las Bermudas, Jamaica, Venezuela, Barbados y las Antillas Menores. La mortalidad se extendió hacia el este y afectó a las Bahamas, Puerto Rico, La Española y las Islas Vírgenes. En dos semanas, entre el 93% y el 100% de los individuos de cada arrecife habían muerto. Aunque nunca se identificó la causa, la propagación desordenada sugiere que se trata de un patógeno transmitido por el agua.

La desaparición de los erizos de mar D. antillarum tuvo efectos inmediatos en las comunidades de arrecifes de coral del Caribe. Las macroalgas proliferaron y alcanzaron densidades que provocaron la muerte de las colonias de coral adultas. Aunque algunos erizos de mar sobrevivieron, no pudieron controlar la proliferación de algas. A largo plazo, la casi extinción de este herbívoro, especialmente en zonas donde no hay peces herbívoros, ha contribuido a reducir considerablemente la cobertura de coral vivo, que ha sido sustituida por algas, lo que se ha visto agravado por otros factores de estrés en los arrecifes.

A partir de finales de enero de 2022, surgió un nuevo evento de mortalidad en erizos de mar. El impacto se detectó inicialmente en Santo Tomás y, a finales de marzo, se había extendido a otras áreas del Caribe, incluidas las Antillas Menores, Jamaica y el Caribe Mexicano. En junio de 2022, se habían registrado casos de esta afección en la mayoría de las Antillas Mayores, Florida y Curazao.

Los arrecifes de coral del Caribe muestran una baja diversidad, con solo el 28% de la diversidad de peces y el 14% de la diversidad de corales en comparación con otros puntos críticos mundiales. Esta falta de diversidad hace que los arrecifes sean menos resilientes.

¿Lo sabía?

A pesar de su casi extinción, el erizo de mar es una especie marina que se monitorea de cerca para evitar posibles catástrofes. El mapa de Diadema, creado por AGGRA y sus colaboradores, desempeña un papel crucial al proporcionar información sobre la ubicación de los erizos de mar enfermos o moribundos en el Caribe. Es fundamental tener en cuenta que si encuentra un Diadema en esta región, lo alentamos a ingresar al sitio web. Allí, tendrá acceso a un formulario que le permitirá notificar y contribuir a la comprensión de la situación de esta especie. Los avistamientos están marcados en violeta para indicar el primer encuentro. Si la población de erizos de mar se encuentra en buen estado, el marcador será verde; sin embargo, si están enfermos o muertos, el marcador se pondrá rojo.

Un valor colectivo

D. antillarum tras el episodio de mortalidad masiva de 1983 sigue teniendo un proceso de recuperación lento y desigual. Sin embargo, como seres humanos es nuestro deber seguir vigilando y cuidando a esta especie. La disminución de sus poblaciones se puede detener para evitar una catástrofe ecológica.

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